Elegir fuentes no es una tarea sencilla pues existen muchos factores involucrados al momento de elegir tipografías. Además, ya que las fuentes no sólo transmiten el mensaje de forma textual, sino también son elementos visuales, entonces debes tener mayor cuidado al seleccionar fuentes que no pongan en riesgo la legibilidad de la interfaz o sitio web.
Seleccionar tipografías es una habilidad que vas adquiriendo conforme tienes mayor experiencia. Es posible que en cada proyecto debas elegir fuentes, así que no pasará mucho tiempo antes de que aprendas un par de cosas. Aunque nunca está de más tener en cuenta unos consejos. En este artículo te damos algunas pautas para seleccionar tipografías que no pongan en riesgo la experiencia de usuario de tu sitio web o interfaz.
Revisa la altura x de la fuente
La altura x hace referencia a la distancia que existe entre la línea base en la que los caracteres descansan y la recta en donde finalizan. Ambas líneas que sirven para medir esta distancia son imaginarias.
Como su nombre indica, la altura x se calcula en base a la letra “x” (minúscula) de cualquier fuente ya que esta letra en particular cubre perfectamente esta distancia sin tomar en cuenta bastones ascendentes y descendentes como es el caso de la h, t, g, y, j respectivamente.
¿Por qué es importante que verifiques cuál es la altura x de las fuentes que eliges? Pues mientras mayor sea esta distancia, mayor legibilidad tendrás esa fuente cuando se utiliza en tamaños pequeños. Esto implica que una fuente con estas características podrías ser ideal para cuerpo de texto, particularmente si deseas crear un alto contraste con la fuente elegida para títulos.
Asegúrate que los caracteres se distingan unos de otros
En el alfabeto romano existen ciertas letras que pueden ser confundidas con otros de forma sencilla, ya que su aspecto es parecido. Un caso común es el de la letra O (mayúscula) y el número cero. En algunas fuentes existe una ligera diferencia, mientras que en otros ambos caracteres son iguales y depende del usuario descifrar si el mensaje contiene un cero o una “o” mayúscula.
El problema es más común en fuentes geométricas. Si bien estas fuentes son llamativas por su construcción, es posible que te encuentres con este problema al elegirlas. Y definitivamente no debes dejar al usuario preguntarse cuál es la letra que tiene mayor sentido en tal palabra o frase. Aunque es posible que la confusión dure un par de segundos y pueda descifrar la palabra, debes evitar esta situación a toda costa. Opta por fuentes cuyos caracteres puedan distinguirse fácilmente.
Considera la legibilidad general de la fuente
Aparte de considerar las características de cada letra, numeral y signo que forma parte de una fuente, debes considerar también la legibilidad general, es decir si se pueden leer correctamente las palabras, oraciones y textos redactados. Si bien es importante que se coloquen los textos en una tamaño adecuado, si empleas el tamaño estándar para ordenadores y existen problemas de legibilidad entonces debes cuestionarte si esta fuente es la indicada. El usuario debería ser capaz de distinguir palabras sin ningún tipo de esfuerzo adicional.
Un ejemplo clásico sería comparar entre una fuente manuscrita y una serif. Las fuentes manuscritas son diversas y existen aquellas que son ordenadas, mientras que hay otras fuentes que parecen haber sido dibujadas con pinceles o marcadores. Por otro lado, las fuentes serif, en su mayoría, poseen bastones de un solo grosor ni presentan ningún tipo de irregularidad.
Ten preferencia por tipografías que contengan variaciones
Aunque no es absolutamente necesario, es conveniente contar con una familia tipográfica extensa que posee una gran variedad de estilos. De esta manera, puedes establecer una jerarquía tipográfica no sólo en base a tamaños, sino también a estilos de fuente. Asimismo, contar con variedad de estilos puede servir también para destacar ciertas palabras o frases en un mismo párrafo.
Si en tu interfaz es necesario incluir no sólo párrafos, sino subtítulos, etiquetas, anotaciones, leyendas, entre otros, entonces es necesario que elijas una fuente que contenga diferentes estilos pues elegir más de tres tipografías para una interfaz puede ser arriesgado y podrías comprometer la experiencia de usuario. Así que elija una fuente para títulos y otra familia tipográfica para los demás textos de tu interfaz. En ciertos casos, una sola tipografía puede servir para todos los tipos de textos que contiene el diseño.
Ten en cuenta el objetivo de cada tipografía
Cada fuente es diseñada con un propósito particular en mente. Algunos tipógrafos crean fuentes ideales para títulos, mientras que otros trabajan para diseñar una fuente legible y elegante para cuerpo de texto. Ten en cuenta los diferentes objetivos de las fuentes que revisas al momento de elegir la adecuada para tu interfaz.
Aunque en la actualidad es bastante común optar por una fuente sans-serif en interfaces digitales, algunas empresas se deciden por una serif. Es bastante común ver serif en sitios web de noticias o si desea destacar profesionalismo o elegancia sin necesidad de recurrir a una fuente más elaborada que podría poner en riesgo la legibilidad de tus textos.
Tener en cuenta los valores y personalidad de la marca
Por último, aparte de considerar el propósito de cada fuente, asegúrate que la fuente que alijas sea adecuada para la marca. Al ser el principal medio que utilizarás para transmitir un mensaje, no sólo debes asegurarte de redactar cuidadosamente el texto, sino también de elegir la fuente apropiada para dicho mensaje. Todos los elementos que conforman la interfaz deben servir como apoyo para transmitir el mensaje.
Adicionalmente debes preguntarte si dicha fuente es adecuada para la marca. De forma usual, tanto el mensaje a transmitir como la personalidad y valores de la marca se encuentran relacionados entre sí, así que en principio no deberías tener problema alguno. Pero nunca está de más cerciorarse si la fuente realmente es la más apropiada para la marca.
En conclusión…
Como ves, existen una serie de factores que debes tener en cuenta al seleccionar fuentes. Todos estos deben ponerse en una lista e ir revisando punto por punto cada vez que parecer tener la fuente ideal para tu interfaz. Encontrar el equilibrio entre personalidad y legibilidad puede parecer complicado, pero los tipógrafos encargados de diseñar conocen los retos que sufre día a día un diseñador, así que crean fuentes legibles. Sin embargo, sé cuidadoso, muchos de estos tipógrafos también crean fuentes experimentales que no serían una buena opción para tu interfaz.
Esperamos que tengas en cuenta los consejos mencionados la próxima vez que estés seleccionando una fuente adecuada para la interfaz de un sitio web o aplicación.