Si bien hay una gran cantidad de fuentes en mercados y en librerías que son de descarga gratuita, tal vez en ciertos proyectos no baste con usar una fuente común y te veas en la necesidad de tener una fuente un poco más personalizada, que hable un poco más sobre ti o que tenga tu propio sello personal. Si este es el caso, tal vez te hayas planteado crear una fuente propia.
Crear una fuente propia es un gran reto, hay una serie de reglas que debes tener en cuenta respecto a las alturas, los grosores de bastones y otras características adicionales en toda fuente. Sin embargo, si realmente te llama la atención un proyecto de este tipo, te recomendamos a que vayas por ello. Sin duda es una nueva experiencia y podrás vivir el proceso de trabajo de un tipógrafo.
En este artículo, te damos algunos consejos que te pueden ser de ayuda al momento de crear fuentes tipográficas.
Conoce el propósito de la fuente
Al crear la fuente debes tomar en cuenta su propósito. Si estás pensando poner tu fuente en venta, entonces deberás incluir ciertos caracteres especiales para hacerla disponible en otros idiomas como portugués e incluso francés si así lo deseas. Recuerda que debes incluir tanto mayúsculas como minúsculas y caracteres básicos como signos de interrogación y exclamación, paréntesis, comillas, punto, coma, guiones, etc.
Por otro lado, si estás creando la fuente como parte de un proyecto personal, entonces eres más libre para experimentar y crear una tipografía que sea tal vez más decorativa. En este caso tampoco es necesario que incluyas caracteres especiales o incluso que crees todas las letras del alfabeto ya que la fuente será para tu uso personal.
Comienza con bocetos
Al igual que muchas otras grandes ideas, se empieza por un boceto en papel. Te recomendamos realizar un borrador de todos los caracteres en papel. Es probable que encuentres algunos detalles en los que te gustaría trabajar o que incluso empieces con un boceto, pero en el camino encuentres otra dirección que te gustaría tomar.
Asimismo, tener lo bocetos te ayuda a verificar si los caracteres de tu fuente lucen parte como parte de una familia. Si no es así, puedes replantear ciertos caracteres que se vean fuera de lugar. Realizar bocetos de una fuente es un excelente ejercicio de análisis que te será de ayuda en el futuro.
Te recomendamos hacer tus bocetos en una hoja cuadriculada pues es más sencillo para dibujar y calcular alturas y grosores de los caracteres que serán parte de tu fuente. Es más, si realizas un buen boceto, puedes pasarlo a digital de manera más sencilla: simplemente tomas una foto y la utilizas como plantilla para comenzar a pasar tus bocetos a vectores.
Trabaja con medidas
Puedes comenzar a crear fuentes en vectores en programas como Illustrator que te ofrece herramientas básicas y avanzadas para la ilustración vectorial. Además, posee una útil cuadrícula que es necesaria en este parte del proceso pues crear fuentes es un trabajo de precisión. Esta cuadrícula puede ser modificada de acuerdo a tus necesidades, es decir tú decides sobre el ancho base de la cuadrícula y las subdivisiones que tenga cada casilla que forma parte de la cuadrícula.
Con una cuadrícula hecha a medida puedes fácilmente calcular las alturas, el grosor de los bastones y ver cómo se van integrando los caracteres de tu fuente unos con otros. Recuerda que son parte de un conjunto por lo que es importante que se encuentren en armonía, es decir, que todos los caracteres formen parte de una misma familia.
Sé meticuloso
Asegúrate que los vectores que has creado en Illustrator o en otro programa parecido estén completamente pulidos. Como hemos mencionado previamente, trabajar con medidas es esencial para poder crear una fuente. Aparte de trabajar con una cuadrícula, será necesario que verifiques carácter por carácter, de preferencia haciendo uso de la herramienta zoom que poseen dichos programas para detectar cualquier posible error. Una vez que hayas verificado todos los caracteres, puedes pasar a Font Lab para poder crear los formatos adecuados para la web. Si realmente has sido meticuloso en la creación y revisión de los caracteres, podrás ahorrar tiempo cuando pases las fuentes a Font Lab.
Realiza pruebas de legibilidad
Como vas a pasar mucho tiempo trabajando en una fuente, es algo normal que te acostumbres a ellas y conforme pasa el tiempo tal vez te sea más complicado notar problemas de legibilidad en la fuente que has creado. Pide opiniones a tus compañeros, incluso puedes hacerlo por redes sociales si deseas un mayor número de opiniones al respecto. Personas que no estén familiarizadas con el proyecto pueden hacerte notar ciertos errores que deben ser corregidos y que ni tú habías advertido anteriormente.
Este consejo sólo se aplica en caso la fuente creada sea puesta en venta. Si es parte de un proyecto personal, puede ser meramente decorativa y experimental. En estas fuentes es común que existan problemas de legibilidad debido a su naturaleza. Pero en todo caso, puedes pedir opiniones sobre lo que denota la tipografía creada para que verifiques que tanto se acerca a la idea con la que partiste en un principio.